Un poco de HISTORIA

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Entre 1982 y 1986 Irene Blei y Lucía Cano formaron un grupo de realizadores de cine animado en Vicente López al que llamaron "El Mate", buscando una referencia de identificación. Con el tiempo, ya coordinando grupos de chicos, fueron los mismos integrantes quienes adoptaron el nombre e incorporaron el título a sus películas. Así, el curso de cine infantil recién iniciado comenzó a llamarse Taller de Cine 'El Mate'. En él también se instaló cierta preferencia por el cine de animación, si bien la condición no fue excluyente en la propuesta del curso.
La primera actividad con niños en la Casa de la Cultura se llamó "Cómo se hace cine", y se presentaba como "encuentros con proyección de películas para chicos que quieren saber"
El paso inicial lo dio Irene Blei cuando presentó el proyecto de un curso de cine para niños a la Dirección del CEAVAO, una institución que hasta ese momento sólo cobijaba la enseñanza de artes a adultos. La idea interesó y fue aprobada, inicialmente como una propuesta de taller anual. A fines de ese mismo año, durante la presentación de las películas en la sala de la Casa de la Cultura de Vicente López, los participantes declararon públicamente su deseo de profundizar y continuar durante el siguiente ciclo lectivo.
Desde un comienzo, la modalidad de trabajo instrumentada se basó en la coordinación del curso en forma conjunta. Programas, fichas, estrategias de trabajo, propuestas de actividades y demás han surgido del intercambio de opiniones y del aporte conjunto de las docentes, quienes lograron consolidar este equipo al cabo de los años compartidos construyendo una ideología educativa común.
Los primeros chicos, allá por 1987, llegaron a las clases de cine con dos coordinadoras que habían experimentado hasta el momento jornadas de cine con chicos en un solo día. Para esta primera actividad las reuniones tuvieron lugar en la Casa de la Cultura de Vicente López y en la Sala D del Centro Cultural San Martín, de Buenos Aires. También revistieron modalidad itinerante en algunas escuelas, especialmente en la Zona Norte. Por la misma época Blei y Cano iniciaron un taller de fotografía para niños en la Biblioteca de Martínez, "Foto-juegos". También participaron en la fundación de la primera institución argentina dedicada al cine para niños, junto a otros docentes, realizadores y cineclubistas, la formación local del CIFEJ. Los conocimientos atesorados y el contacto con las demandas y ansiedades por saber, los temas e intereses de los chicos de los encuentros, prefiguraron la fase experimental de formulación de un curso de cine con la modalidad de aula-taller.
Muy pronto también se vio que los niños no querían irse del taller de cine al despuntar la adolescencia, y también que aparecían chicos mayores de 13 años con la intención de participar. Con este desafío, el curso dejó de ser sólo infantil para incorporar a los adolescentes. El grupo se amplió: desde entonces recibió chicos entre 9 y 17 años.
Otro cambio vino de la mano de la tecnología: el video hogareño (VHS) desplazó en popularidad al cine Super 8 en el mercado y hubo que pensar cómo reemplazarlo. Se constituyó una Asociación de Padres para viabilizar las necesidades inmediatas. El cine debía ser desde entonces el formato 16 mm., y así se procedió a lograr el equipamiento básico. Un subsidio del Fondo Nacional de las Artes proveyó de una cámara de video.
Luego de los primeros dos años de taller las producciones de los chicos comenzaron a circular en certámenes y festivales regionales y nacionales. Lo que comenzó siendo una participación tímida siguió con un impulso inusitado: las películas gustaban; eran aplaudidas, festejadas y hasta ganaban premios. La repercusión llegó a los medios nacionales cuando en la Primera Bienal de Arte Joven de Buenos Aires cinco realizaciones de los talleres de cine de Vicente López llegaron a la selección final , entre un total de doce trabajos seleccionados. Esto devino en una gran popularidad, el Taller de cine "El Mate" de la Municipalidad de Vicente López comenzó a trascender los límites de la General Paz y atrajo público de otras zonas de Gran Buenos Aires y de la Capital Federal. No había propuestas que ofrecieran continuidad y nivel de enseñanza similares; muchos cineclubes habían perdido peso y las pocas escuelas que intentaron ofrecer la alternativa de los medios no lograban consolidarse. Más allá de temas como la infraestructura o el sostén económico de la actividad, estaba claro que el éxito no era casual.
Al ampliar el rango de edad de los asistentes, se dio un fenómeno muy particular. Se podía ver cómo los chicos que participaron en la realización de películas por más de un año enriquecieron su visión desarrollando un perfil artístico y creativo sorprendente. Las películas comienzan a tener valor también no sólo desde el proceso educativo sino que evaluando las producciones se las comienza a ver más comprometidas, con otro nivel en cuanto a la temática y la claridad narrativa.
Con el paso del tiempo también empezó a ser visible el resultado del contacto con los medios en la adquisición personal de cada participante. Muchos ex-alumnos eligieron seguir estudios universitarios asociados al arte y a los medios de comunicación, con una especial predilección por el cine. Tantos otros decidieron encarar carreras absolutamente ajenas a esta especialidad. Sin embargo es muy evidente -desde su propia percepción y desde la de los demás- que la experiencia temprana en el cine les permitió desarrollar un perfil sensible, creativo e inquieto.
El primer trabajo pensado para TV se realiza en 1997, con un esquema de producción institucional de cortos abordando la temática Derechos del Niño. Estos micros se realizan en co-producción con la señal TV Quality - Educable, siendo especialmente apreciados por alejarse de los estereotipos habituales y por las vibrantes imágenes realizadas en distintas técnicas de cine de animación. La serie Tenemos Derechos es emitida con importante repercusión, al punto que los cortos son nominados y distinguidos especialmente en la edición '98 de los Premios ATVC compitiendo en varias categorías con programas de cable de todo el país. Posteriormente también resultan ternados en los Premios Martín Fierro del mismo año.
En el año 1999, por iniciativa de la Dirección General de Cultura y Educación, el Honorable Concejo Deliberante de Vicente López sanciona la Ordenanza Nº 12636 según la cual se promueve el taller al rango de Escuela, presentándola a partir de entonces como la Primera Escuela de Cine Infantil y Juvenil aún cuando el simpático nombre que acompañó históricamente -Taller de Cine "El Mate"- sigue siendo la referencia inmediata para aludir a la institución.

Esta breve historia, más allá de lo anecdótico, muestra la
dinámica buscada desde la conducción del aprendizaje, de
una experiencia abierta al intercambio. La de un espacio
formativo, pensado para el regocijo y el enriquecimiento
de los chicos que asisten.
Cada niño, cada joven tiene mucho más que un cortometraje
por delante. Comenzar la siguiente etapa de su vida
recordándose como una persona hábil y creativa sin duda puede
ser muy importante.

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